Dejé de recordarme, dejé de sentirme, dejé de estar entre mis primeras opciones.
Me sustituí. Me ignoré. Dejé de ser por existir.
Y tal vez he vuelto, tal vez llego el momento de volver ha decir: Yo, de gritarlo egoístamente.
Sin importar el qué, sin importar el quién.
Sin buscar excusa, sin buscar coartada para obtener mi propio bien, para sentirme bien.